jueves, 7 de agosto de 2008

Otro año después


Esta noche, como todas las noches de tu cumpleaños, escribo para vos un correo de felicitación que nunca leerás.

Cada año me permito perdonarte una vez más, aunque al final no me perdone yo, por ese perdón que ofrezco sin que me lo hayás pedido.

Y mis líneas son siempre las mismas:

que por todos estos tiempos
que por que no podemos ser menos que amigos (tu frase preferida)
que por que la vida continúa
que por que ahora estamos mucho mejor (al menos yo).

Pero yo sigo pensándote cada vez que es tu cumpleaños y el resto de los días te me escapás de mi memoria y no lo noto sino hasta este día. Bien por mi, hubo un tiempo en que eso no ocurría y que buscaba cada hora, un instante sin vos en mi memoria y era imposible.

Ya terminé por perdonarte lo mal que me trataste, pero sobre todo, terminé por perdonarme el haberlo permitido.

Ya te perdoné haberme robado mi vida para convertirla en uno más de tus trofeos, pero sobre todo me perdoné por no haberlo descubierto antes.

Ya te perdoné por tus traiciones, pero sobre todo me perdoné por haberte descubierto.

Es un año más el que ha pasado y un año menos, sin vos yo y vos sin mi. Pero un año más de estar conmigo mismo en tranquilidad y paz, eso no lo cambio, aunque siempre sepa que estarás acá cada año, en el día de tu cumpleaños, porque solo eso te permito.

6 comentarios:

Juan Duque Oliva dijo...

Gracias por dejarme tu huella, la seguiré paso a paso.

Siempre vivirá en tu recuerdo.

Besos

HOMBRESPARAHOMBRES dijo...

LD, no se si es una historia personal pero, sea como sea, quien sea, triunfó, ya que llegó a perdonarse a sí mismo y consiguió la tranquilidad. Un escrito más que interesante, muy bueno.
Saludos.

Desde el rincón dijo...

Luz de gas, gracias a vos por pasar por acá. Los recuerdos son nuestros si, eso nadie se los lleva.

Hombres, sí, es personal, todo bajo control ahora. Y gracias por pasar por acá.

Javier dijo...

A veces es mejor pasar página, dejar que el tiempo cubra las huellas de lo que no pudo ser.

Quike dijo...

Solamente un sincero abrazo

Quike Micifous



En Paz


Muy cerca de mi ocaso yo te bendigo, vida,

porque nunca me diste esperanza fallida,

ni trabajos injustos, ni pena inmerecida.



Porque veo al final de mi rudo camino,

que yo fui el arquitecto de mi propio destino;

que si extraje la miel o la hiel de las cosas,

fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas,

cuando plante rosales; coseche siempre rosas.



...Cierto; a mis lozanías va a seguir el invierno,

¡¡mas nunca dijiste que mayo era eterno!!

halle sin duda largas noches de penas,

mas no prometiste solamente noche buenas,

y en cambio tuve unas santamente serenas...



Ame, fui amado, el sol acaricio mi faz,

¡ Vida nada me debes !

¡ Vida; estamos en paz.!



AMADO NERVO

Gustavo Puntila dijo...

Perdonar, perdonar... qué difícil es; uno de los ayudantes el tiempo.

Abrazo!