domingo, 3 de agosto de 2008

La bruja



Odio los estereotipos, los odio con todas mis fuerzas porque para mi la vida no es una paleta de colores establecidos sino más bién una inmensa gama de posibles combinaciones entre esos colores, que pueden dar como resultado una tonalidad distinta para vos o para mi.

Aún así, he de confesar que no hay más que ajustarse a ellos, al menos de manera preliminar.

Como les comenté en el post anterior, yo ingresé al mundo de los blogs através de alguien más; lo hice cuando me sacaron de un foro de discusión en donde me hice de una amiga nueva y he acá la historia.

Empecé traveseando un poco el mundo de la internet mediante los buscadores, mi generación no fue una generación que creció con esta tecnología sino que más bien tuvimos que ajustarnos a ella y aprender durante la marcha. Tuve que hacer un esfuerzo grande para evitarme temores de adaptación y la razón fue más bien por vergueza que por convicción personal. Todos mis amigos tenían desde un simple correo electrónico (básicamente era lo único que yo aprovechaba de este mundo cibernético) hasta una compleja página web donde daban a conocer sus gustos y compartian esa información con el mundo entero.

Así pues, inventé una manera de ajustarme (tarde) a esta nueva etapa de la evolución humana, leyendo todos los foros a los que podía ingresar, solamente con la consigna de enterarme del funcionamiento de esa herramienta. Una de esas búsquedas de conocimiento, me llevó al foro más vulgar y poco interesante al que he tomado parte, era un foro cuyos participantes eran todos de mi país y cada uno entraba, literalmente, a cagarse de cualquier cosa; como es de suponerse, nuestro presidente era el blanco más apetecido, pero también lo era el director técnico de la selección mayor, los profesores de las Universidades más populares del país, el editor de los periódicos de más circulación, los directores de los noticieros más populares, los taxistas, los autobuseros, los grandes empresarios y por supuesto, todos los políticos que estan a favor de la globalización, por que he de contarles que me encontré con un grupo de ciudadanos de extrema derecha (o izquierda, pal caso es lo mismo, en materia de extremismos) que lo único que les gustaba era pasarsela criticando sin aportar la menor alternativa de solución a los muchos problemas que ellos exponían. Quizás fue mi falta de interés en el campo político o mi total desapego a los temas materiales de los "bugas", lo que me hizo empezar a postear temas un poco más complejos y relacionados con psique humana, tratando de desviar la atención de los participantes de sus acostumbrados madrazos al personaje de la semana; fallidos intentos me hicieron caer en la cuenta de que mi tiempo se desperdiciaba terriblemente, así que a punto estaba de correr deseseperado hacia otro mundo, cuando apareció este simpático personaje, dando un poco de atención a mis intentos de nuevos temas.

Como es de esperarse, pronto establecimos una comunicación más directa y con mayor dinamismo, pero seguíamos escondidos detrás de nuestros sobrenombres. Pronto descubrí que se trataba de una niña muy educada, quien tenía una excelente forma de redactar y además, un incalculable valor del verbo, combinado con muchísima información literaria y del acontecer mundial, por no decir que del universo entero, de tal manera que era supremamente delicioso entablar una conversación con ella sobre casi cualquier tema. Apoyados en un supuesto libro que yo quería leer (no lo he hecho aún, después de más de cuatro años) y que ella tenía y que además, podía y quería prestarme, tomamos la decisión de botar nuestras máscaras y nos dijimos primero, nuestros nombres reales, luego nuestros números telefónicos y zaz...solamente faltaba que nos encontraramos.

Un poco preocupado por las malas interpretaciones y conocedor de historias románticas generadas a través del internet, decidí que ella, debía conocer quien soy yo y así evitaríamos grandes desepciones futuras. Una de las primeras cosas que le conté, una vez que iniciamos un intercambio de llamadas, fue que su nuevo amigo era loca y que no había ninguna posibilidad de que eso fuera a variar en los próximos, digamos que, 100 años?

Lo tomó tan bien, pero tan bien, que decidió que debíamos conocernos de inmediato. Nuestra primera cita fue en uno de los lugares que más me gusta, el café Il Panino, muy cerca de mi casa en aquel momento y al parecer cerca de la casa de ella también. Nos contamos de todo, de sus complicadísimas relaciones con los hombres y las super bien estructuradas relaciones mías con ese mismo grupo humano. Nos contamos sobre nuestras actuales estados maritales y también sobre nuestros trabajos, nuestros gustos y nuestros grupos de amigos. Ella tenía una manía extraña de enfocar su conversación hacia la inteligencia de las mujeres, pero también hacia la imagen de las mujeres actuales. He de confesarles que ella, solamente tenía claro la imagen intelectual suya, pues su imagen física andaba un poco desfasada de la actualidad; sin embargo, solo ahora soy conciente de ello, porque yo...ni bolas le paré a ese detalle.

De no ser porque mi interlocutor sea un hermoso especímen masculino, poca atención le pongo a los detalles visuales de las feminas, sobre todo cuando su personalidad es mucho más interesante que su físico y este era el caso. Me descubrí totalmente embobado por su manera de hablar y por sus temas de conversación, por su carrera profesional y por sus ideas de la vida y en ese momento decidí, que seríamos amigos para tota la vida, nada más cliché que una loca que tiene por mejor amiga a una mujer encantadora e inteligente y por supuesto una mujer inteligente teniendo una amiga loca. ERROR!!!!

Nuestra segunda cita fué un poco más personal, me invitó a tomar café a su apartamento y los temas de conversación estuvieron mucho más enfocados hacia su actual vida social, incluyendo novio, papá, hermano, amigos especiales y por supuesto, una mejor y glamurosa amiga mujer. Me enteré que su papá era un reconocido arquitecto y su mamá era una mujer de negocios que vive en el extranjero, que su mejor amiga es una cuasi diva de sociedad, que está total y personalmente involucrada con la moda y que su hermano tenía por novia, una despampanante rubia, total y completamente divina.

Con más confianza empezó a llevarme más hacia la intimidad de su departamento y de su vida y cuando menos lo imaginé, estaba yo sentado en su cama frente a su ropero, que por cierto tenía las puertas abiertas de par en par. Ella sacaba sin control blusas y pantalones, enaguas y zapatos, ropa interior, accesorios, bolsos y abalorios, maquillaje (nuevo, totalmente nuevo y sin usar) y me empezó a innundar de preguntas respecto a las mejores combinaciones y sobre mi opinión desde los colores, hasta las formas y nombres de las telas y encajes con los que estaban hechas sus ropas. Al parecer no tenía ni la menor idea de como combinar su ropa y también creía que tenía que hacer una renovación a su ropero. Luego me paseó por su departamento, innundándome esta vez con preguntas sobre mi opinión de la decoración y de los muebles y de los colores. Mientras eso sucedía, yo empecé a sentirme mareado de tanta información que tenía frente a mis ojos, pero no por la información misma, sino por la idea que tenía ella de que yo debía analizarla, clasificarla y además, ofrecer mi opinión de loca, para hacer de su vida, una mejor y más llevadera aceptación suya en la sociedad.

Veía frente a mis ojos una mujer desesperada por aceptación urbana, que como último y desesperado recurso, se encomendó a las manos de una amiga loca para mejorar su roll en la sociedad. ERROR!!! yo, de decoración y de moda, NADA! Tengo apenas tiempo para pasarme las manos por mi pelo antes de salir a trabajar, mi circulo profesional estaba en ese momento formado por vendedores navieros y agrónomos, camioneros y el grupo más refinado con quien podía tratar, eran gerentes de transportistas urbanos, así que de moda...nada y de decoración de interiores, hasta ese día pensé que podría ser importante en la vida de un gay.

Quedó tan desepcionada con mis sugerencias como yo de su preguntadera y estupido proceder basado en estereotipos. Le ofrecí un par de recomendaciones sobre cuáles atuendos debía enviar directo al basurero, no por mi gusto de loca, sino porque dañaban las retinas de los ojos tanto de una princesita, como de un vaquero, con solo mirarlos. Luego, empecé a conversar sobre mis tiempos, mis amigos y mis gustos, que van desde sentarme un domingo al medio día a ver un partido de futbol, hasta salir a montar en bicicleta por la montaña y llegar a la casa con barro hasta por los huecos de las orejas, esperando que así, diera por sentado que yo, no era esa clase de gay que se la pasan ojeando Vouge o Vanidades o viendo I Entertaiment Television o cosas por el estilo, que si bien, me entretienen a más no poder, no podría dictar una cátedra de buen gusto en materia femenina.

Han pasado más de cuatro años desde ese episodio, cada vez tengo menos contacto con mi amiga la brujilla (su nick en aquel foro) y quien más tarde me introduciría en el mundo de los blogs. Tengo un especial cariño hacia ella, pero entiendo que no tenemos nada en común. Me he enterado que ahora es íntima amiga de una conocida loca amiga mía, quien por supuesto, calza a la perfección con el tipo de amigas gay que esperaba la Brujilla. Maravilla la psique humana, Dios las hace y ellas se juntan.

5 comentarios:

HOMBRESPARAHOMBRES dijo...

Hola LD, lo que cuentas de la Brujilla es un ejemplo de que hasta con quien no llegamos a comprendernos del todo puede llegar a enseñarnos cosas nuevas, como por ejemplo el mundo de los Blogs, o darte el motivo para escribir algo tan interesante como este post. Me ha gustado tu forma de expresarte.
Gracias por tu enlace, ahora mismo te voy enlazar yo a tí.
Saludos

Green dijo...

Vea pues, interesante historia. Me alegra que al menos estés agradecida por que te hayan mostrado el mundo de los Blogs, y no que te quedes únicamente en lo malo de esa persona, pues sabes valorar lo que tienes por lo visto.

Saludo!

Javier dijo...

Sí, realmente el mundo del estereotipo funciona, y nadie parece cuestionárselo, y menos aún con nosotros, los homosexuales, siempre hemos de ser como "Ricas y Famosas", y nada más alejado de la realidad, lo peor es ver la cara de decepción acompañada de la sombra de duda cuando descubren que eres un tipo de lo más normal.

Rubio Tarado dijo...

Hola, cómo estás? Estuve leyendo tu blog y me pareció bastante interesante, ya te enlacé :P

Me pasó algo parecido una vez con un grupo de gente con el que charlábamos en un foro. Nos juntamos 4 personas y eran realmente tan diferentes a mí que no entendía cómo podía haber chateado tanto con ellos.

Igual a veces he conocido gente muy piola por este medio, así que al menos eso.

Saludos y te sigo leyendo.

Homo-Sapiensis dijo...

yo también odio mucho los estereotipos, y más aún los que inundan al propio colectivo gay, como he dicho miles de veces, luchamos porque no nos encasillen y somos los primeros en hacerlo entre nosotros... Asi somos... Y es cierto es que uno siempre puede llevarse sorpresas en cuanto a personas que pueda conocer, tanto buenas como malas, pero en el caso de las personas que en un principio no nos puede dar buena onda, y luegod escubrimos que hay muchas mas cosas que esas primeras impresiones, luego suelen ser relaciones muy sólidas... Muy bueno tu post. Un saludote