martes, 26 de junio de 2007

El paso de la casa al mundo


Yo fui pequeño, fui adolescente! yo tuve todas esas sensaciones incotrolables sobre mi propio cuerpo y sobre mi propia mente. Yo tuve además, el sueño de ser dueño de mi propia naturaleza y de mis necesidades.

Yo fuí inmaduro y aprendí tanteando, pisando, olfateando y viendo con mis propios ojos la verdad de la vida y la verdad, no era lo que mi familia me había enseñado, al menos no de forma completa.

Yo tenía papás que se ocupaban de mi, que me brindaban protección y que me abrazaban y me querían, entonces, al "tirarme" a la vida, pretendí hacerlo con una figura parecida a ellos.

Los ataques hormonales del desarrollo, violentaban mis impulsos hacia el desconocido y exitante mundo del sexo y del placer, pero tuve suerte de encontrarme en manos de alguien de quien pude ser su propio hijo. Me tomó y me enseñó todo lo que mis papás no pudieron, desde una óptica distinta.

Extrajo de mi, la fortaleza de la juventud, el ímpetu de un cuerpo joven y vigoroso, la osadía del sentir y no pensar, la magia de la inocencia combinada con ingenuidad, energía, vigor. Pero yo, me quedé con enseñanzas, me quedé con madurez y juicio al enfrentarme al mundo peligroso del que mis papás no me hablaron nunca.

Es en esos detalles, que forzosamente me atrevo a asegurar, que el sexo entre edades gigantezcas es fenomenal desde cualquier punto que se mire, uno toma, el otro aprende.

Además, es como salir de casa de la mano de un papá, porque en la vida hay que aprender de todo y para ello, es necesario un maestro siempre.

martes, 19 de junio de 2007

Duerme la ciudad


La ciudad duerme, al menos eso parece. Yo, en cambio, amanezco bien temprano para ver lo que ha dejado una noche de juerga, una noche caliente.



Las caras lindas que te miran através del humo de un cigarrillo, através de las intermitentes luces de colores, se combinan con el ruído insoportable de una música sin son. Te mantienes en la disco, tan solo esperando un final de encuentro, esperando no gastar la noche en vano, una noche más.

Ya sin ganas, con las energías en el mínimo, te atreves finalmente a ver lo último que queda y tomas una decisión final sin consultar tu ego, sino hinchándolo. Al final, sos lindo y eso vale, pues te exita exitar y entras en un juego de placer, de obtener placer viendo placer.

Es entonces cuando amanezco y comparo y observo y analizo bien lo que otros dejaron pasar, yo en cambio no estoy cansado pues dormí plácidamente hasta las 3:30am, tiempo justo para verme bien y salir a rondar las puertas de las discotecas, viendo y tirando mi caña de pescar a quien ya cansado, es capáz de entregarse al primer postor, fácil, sin rituales, sin control y lo mejor, con luz.

Me ecuentro en descarada ventaja, sin alcohol, sin drogas, sin sueño y me aprovecho. Me aprovecho de mi belleza y frescura y soy capáz de escoger a mi antojo a quien pueda darme lo que deseo, sin arriegar siquiera a reconocer a un espanto disfrazado de humo, luces y música pues le veo, le veo tal cual es y me decido sin más.

Es así, todo más fácil, es así, todo más exitante. La torpeza de pensamiento me pone en ventaja, la necesidad de terminar una noche de fiesta con un broche de placer al final, me ofrece ante este extraño una posibilidad de recibir más placer que necesidad.

Imagina un mundo sin mentiras


Imaginate un mundo sin mentiras, un mundo real como real la misma gente que lo vive. En este, mi mundo nuevo, observarás la verdad, ya sea real o imaginaria, ya sea vivida o deseada, será una verdad al menos de pensamiento, oculta? Tal vez!