martes, 19 de junio de 2007

Duerme la ciudad


La ciudad duerme, al menos eso parece. Yo, en cambio, amanezco bien temprano para ver lo que ha dejado una noche de juerga, una noche caliente.



Las caras lindas que te miran através del humo de un cigarrillo, através de las intermitentes luces de colores, se combinan con el ruído insoportable de una música sin son. Te mantienes en la disco, tan solo esperando un final de encuentro, esperando no gastar la noche en vano, una noche más.

Ya sin ganas, con las energías en el mínimo, te atreves finalmente a ver lo último que queda y tomas una decisión final sin consultar tu ego, sino hinchándolo. Al final, sos lindo y eso vale, pues te exita exitar y entras en un juego de placer, de obtener placer viendo placer.

Es entonces cuando amanezco y comparo y observo y analizo bien lo que otros dejaron pasar, yo en cambio no estoy cansado pues dormí plácidamente hasta las 3:30am, tiempo justo para verme bien y salir a rondar las puertas de las discotecas, viendo y tirando mi caña de pescar a quien ya cansado, es capáz de entregarse al primer postor, fácil, sin rituales, sin control y lo mejor, con luz.

Me ecuentro en descarada ventaja, sin alcohol, sin drogas, sin sueño y me aprovecho. Me aprovecho de mi belleza y frescura y soy capáz de escoger a mi antojo a quien pueda darme lo que deseo, sin arriegar siquiera a reconocer a un espanto disfrazado de humo, luces y música pues le veo, le veo tal cual es y me decido sin más.

Es así, todo más fácil, es así, todo más exitante. La torpeza de pensamiento me pone en ventaja, la necesidad de terminar una noche de fiesta con un broche de placer al final, me ofrece ante este extraño una posibilidad de recibir más placer que necesidad.

No hay comentarios.: