miércoles, 18 de julio de 2007

Me gustan los hombres

Yo nací bajo el signo de Libra y según los entendidos, somos encantadores; somos encantadores porque tenemos una personalidad que encanta. De alguna manera puede ser una verdad pues “encantar” no es más que llenar de encantos o algo así como encantamientos a los otros, a los que nos miran, que es más bien por lo que yo me inclino a pensar, los encantamos con favores, con miradas, con palabras, con caricias, con amores.

Y no es necesariamente encantar con la vista no, sino con el alma. Yo, por ejemplo abro mi alma a los demás, aunque dejo para mi lo íntimo, lo personal y lo guardo bajo varias llaves, con la intención de entregarlas, una a una, a quien las merezca pero eso sí, solo cada tanto y con algún detalle especial que ofrezca, por mis encantos entregados, claro!

Soy a demás como un gato nocturno, aunque más bien lo de gato lo cambio por curioso, pues los gatos me dan miedo. Si, no me avergüenza decir que temo a algo de forma irracional, aunque también le temo a los insectos y le temo a los reptiles y le temo a la agresión, verbal o física, así como la agresión espiritual, a esa que arruina el alma y la envejece.

Y soy como un gato nocturno porque a pesar de que tener miedo a algo es de seres humanos y no de débiles, la oscuridad da temor pero me encanta. Me gusta porque me llena de morbo, mis sensaciones internas despiertan y me impulsan a ser yo de manera completa y de manera real.

Me hace recordar que me gusta un él, aunque me gusten muchos realmente, aunque me gusten todos. Y me gusta él como contexto, como la totalidad de un género único para mi, que pone al descubierto al puto que traigo dentro, que ofrece matices de fuerza y dulzura, de olores distintos y sabores también, pero sobre todo, que percibe los olores de forma total.

Ser hombre por derecho propio es una gracia divina y como tal, ofrezco a la vida la vida de hombre entero, real y verdadero, sin máscaras y sin etiquetas. Un hombre que gusta de hombres no cambia mi papel en la sociedad y por ello no me llamo ella, o amiga, o loca, o mujer. Me llamo hombre, él, varón, cabro, mae, puto, marico, hueco, cabrón, güey, o como quieran llamarme pero con vos de hombre porque lo soy.

Mi preferencia sexual me coloca en un lugar de la sociedad, me define como persona, pero no me etiqueta porque sigo siendo aquel que siendo hombre prefirió ligar hombres, sin cambiar pantalones por enaguas o zapatos de tacones.

Me gustan los hombres que como yo, han sabido definir un estilo de vida que está lleno de privilegios, que me permite tener la fortaleza de un macho dentro de mi, pero la sensibilidad femenina que solo los hombres sabemos disfrutar. Me gustan los hombres que encaran su condición homosexual desde el banquillo de hombre sin querer cambiarlo por mates femeninos, porque para ello, busco a una mujer.

Me gustan los hombres que continúan siendo hombres sin pensar que llorar, o abrazar, o sentir, o reír, o vestirse bien, o cuidarse, o ser vanidosos los convierte en mujeres encerradas en cuerpos de hombres, porque ahí, solamente encontramos a otro tipo magnifico de seres humanos, los que aceptan fielmente que son mujeres o quieren verse como tales. No me gustan los hombres que a pesar de seguir siendo hombres se digan mujer, o se digan ella, o se digan loca, o se digan amiga, pues no es más permitir una etiqueta más de la sociedad, que sin pensar en ellos mismos se la han colocado.

No me gusta que me llamen homosexual aunque me enorgullezco de serlo, pero tampoco me gustaría que me llamaran heterosexual o metrosexual, por el simple hecho de que en mi priva el ser una persona, un ser humano.

Me alegra ser homosexual, gay, playo, hueco, puto, marica, en fin, lo que sea que se use en cada país porque tenemos menos mierda mental que la sociedad, pero de esa mierda que se usa solamente para señalar. Me gusta porque tenemos más claridad de mente para ver el lado positivo de las cosas, el lado lindo, quizá porque aceptamos más y mejor nuestro lado femenino y valoramos la belleza, la belleza interna y la externa y vemos los sentimientos y los demostramos de forma natural, sin miedo a ser juzgados porque igual ya sabemos que somos juzgados de todas formas, solamente que hemos aprendido a vivir con ello

Pero me enferman las etiquetas de cualquier manera, así que yo....solo soy un tipo que le encantan coger con otros tipos, sin que me llamen puto aunque actúe como uno; sin que me llamen mujer, porque soy hombre; sin que me llamen loca, porque estoy cuerdo; sin que me llamen depravado, porque no lo soy.

Y cómo logro esto?

Primero me acepto, me quiero y luego entrego lo mejor de mi, sin querer demostrar nada y sin etiquetarme a mi mismo, para luego dejar que los otros vean en mi a una persona y no a una minoría

Salud, para todos lo que como yo, nos encantan los hombres desde nuestro papel de hombres.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Quién, qué, dónde ??????????, a quién, a qué????????, es una adivinanza.

Ya has visto que hace tiempo que te tengo enlazado en mi blog.

Anónimo dijo...

Salud por eso!