jueves, 22 de enero de 2009

Exhibicionismo

¿Qué hace que tu conducta siga una dirección distinta a la de otros?

Desde que mi auto está en el hospital de los carros, he tenido que regresar al emocionante transporte público. Y digo emocionante porque mis destinos son algunas veces cortos y otras veces largos, así que un viaje puede ser tan simple como un subir y bajar escaleras del aparato que me traslada de un lugar a otro, como puede incluso "abrazarme" en un sueño reparador por más de tres horas.

Subo a un autobus y es posible que me tope con caras que no volveré a ver en toda mi vida, pero también es posible que me encuentre con caras que ya he visto antes. Especial atención me llaman aquellas que no he visto nunca, pues me llenan la mente de morbo, sobre todo cuando ese semblante está lleno de angustia.

Solo necesito un ángulo exclusivo para posicionarme, que me permita imaginar que estoy dentro del campo visual del individuo y así, tomo pocesión de lo que me pertenece: mi espacio y mi cuerpo.

Mis ideas son variadas y tan osadas como la situación me lo permita, pero sobre todo, como el sujeto mismo me permita imaginar.

Con movimientos listos y sutiles, procuro llamar su atención y una vez captada, he logrado descubir que puedo ser observado y es ahí, cuando empieza todo.

Primero oculto mi bulto y dejo a su imaginación las ideas que quiera tener, -como puede ser hetero, estas pueden ser cualquiera incluyendo pegarme un zarpazo-. Aún así continuo, dejo que sepa que estoy absorto en una incómoda erección involuntaria, tan grande que mi bulto quiere explotar y que mi verga quiere salir del pantalón.

Dejo que la mire o que trate de mirarla; hasta ahora por supuesto, que dejo que piense también que es una situación que no puedo controlar, que es la erección más grande y formidable que he tenido en toda mi vida, pero también la más involuntaria e inocente; disimulo un poco de verguenza primero, acompañada de una postura incómoda justo para que mi "rabo del ojo" esté seguro que el individuo no logró dominar su curiosidad y ha decidido mirar de reojo y es ahí, donde ataco a mi presa tomando entre mi mano lo que es mío y quiero hacer suyo.

Algunos voltean de inmediato hacia el lado contrario y no vuelven a mirar más, pero otros son presa fácil de incontrolables miradas de angustia, terror, ansiedad, curiosidad y yo me exito cada vez más. Cada vez que pienso en lo que está imaginando mis manos hacen lo suyo para mostrar afanozamente el tamaño de mi erección a través del pantalón, que he seleccionado cuidadosamente incontables veces frente al espejo.

Algunos de ellos son descarados y resuelven observar sin pudor, pero estos son los que menos me gustan, porque si continuara yo, serían capaces de sentarse a mi lado, lo que implicaría un cambio en mi estado de imaginación morbosa sobre la caza de un inocente.

Algunos de ellos son evasivos totales, hacia los cuales pierdo interés, quizás por temor.

Pero aquellos que se incomodan, los que me miran de soslayo y a quienes logro captar incluso una leve necesidad de observar sin pretender ser sorprendidos, estos me encienden y me impulsan a crecer en gracia y astucia.

He llegado inclusive a dejar respirar aire fresco a mi verga, sacándola de su prisión donde quiere explotar, les muestro lo que tengo "sin querer" hacerlo, solo para ver sus caras de asombro al ver aquello que no tenían idea siquiera de imaginar.

Luego regreso a mi posición inocente de pasajero común y decente, sabiendo en el fondo que eso será suficiente para crear confusión en su mente, deseo, curiosidad y quizás, con mucha suerte una honrosa masturbada en mi nombre y en el nombre de esta verga que tengo ahora lista para mi siguiente víctima.

3 comentarios:

Juan Duque Oliva dijo...

Pues te quieres creer que me has excitado un montón, vaya tela.

Vetado para el amor dijo...

OE.. ME TOCA TOMAR NOTA A VER SI ME FUNCIONA ALGO DE ESO... CLARO QUE YO BIEN DESPISTADO QUE VOY A HACER... ABRAZOS Y DIOS LE PAGUE...

Gustavo Puntila dijo...

Uy! sabes? yo sería uno de los que estaría viendo cómo te tocas...
eso aumenta mi morbo de tal forma!

Yo no soy de los que muestro, soy de los que le encanta mirar y más en una situación tan cotidiana como la que describes...

Abrazo!